Nos sentamos en el mismo banco. Entre el árbol grande, y el
arbusto, el mismo lugar, desde hace dos años. Nos miramos a los ojos, pero ya
no sonreímos, ni miramos los arboles, ni comimos. No nos rodeaba lo que antes
nos gustaba, ahora era rutina. En cada rincón, en cada agujero. Fue culpa
nuestra, porque quizás, si nos hubiésemos sentado en otro banco, o en otra
plaza, habríamos cambiando de paisaje y así, no acostumbrarnos. Porque lo único
que cambiaba de esa plaza, y de ese banco, era la locura del clima. Si salía el
sol, y se reflejaba en tus ojos, o si estaba nublado y todo se veía oscuro. O
si llovía, o si hacia frio y me abrazabas. Pero siempre lo mismo. Hojas en el
piso en el otoño, y nenes corriendo y andando en bicicleta en el verano.
Y fue un día que yo quise cambiar. Sentarme en el piso, y
mirarte desde abajo. Y frunciste la cara, ‘de eso tenemos que hablar’. Yo sabia
de que hablabas. Y yo también quería lo mismo que vos. Si en algún momento
quise cambiar las cosas, ya era tarde. El tiempo paso, y nunca hicimos nada al
respecto, dejamos que las cosas se congelen. Me hablaste serio, y decidido, y
entre líneas me culpaste a mí de que hayamos llegado a ese punto. ‘No me voy a
hacer cargo de algo que hicimos los dos’ fue mi respuesta y me fui. Y llore,
todo el camino a casa. No podía entender que esa había sido la ultima vez que
iba a verte desde cerca, y que quizás, si la culpa fue mía, por querer cambiar
las cosas, y sentarme en el piso.
Pero la culpa fue de los dos, y del tiempo. Ahora lo
entiendo. Varios meses después. Las cosas se fueron congelando. Empezamos a
esquivarnos con las miradas, porque ya no transmitían nada. Yo, que siempre encontré
soluciones en sus ojos, ahora no me generaban nada, ni preguntas, ni
respuestas, ni paz. Nada. Después dejamos de tocarnos, y si lo hacíamos, era de
memoria. Cada rincón de mi cuerpo lo conocía, y había experimentado con el,
todo lo que se podía. Y sin las miradas, y sin el contacto, se borraron las
sonrisas. No había de que reír, por que nada era gracioso. Y después dejamos de
hablar. Porque nada de lo que decíamos tenia sentido. Porque ya nos lo habíamos
preguntado todo. Se hicieron humo los besos, y los abrazos, parecía que nos
cobraban por cada muestra de cariño. A veces, casi sin querer, nuestras miradas
se cruzaban, en algún rincón, en alguna situación. Pero no decían nada. No eran
nada, solo bajábamos la vista. Todo alrededor nuestro era frio, y sin sentido. Evitábamos
tocarnos, y si lo hacíamos, entre líneas suplicábamos ‘no me toques, me vas a
congelar’, sin saber que nuestros propios cuerpos estaban congelados desde
hacia tiempo. Terminamos concluyendo en un ‘Hola,
¿Como estas?’ Frio, y seco.
En dos años, nunca cambiaron las cosas, no hicimos nada para
que eso pase, y cuando quise cambiar, ya era tarde.
Me dio miedo dejarte ir, separarme. Pero arme las valijas, y
te guarde entre mis recuerdos. Fue un proceso paulatino, y doloroso. Estabas saliendo de mi cuerpo,
capaz, porque ya no me necesitabas, o porque mi cuerpo te rechazaba. Y tenes razón
si me decís que lo que hoy soy, es gracias a vos.
Hoy te llamo, te hablo, y vuelvo a reírme escuchando tu voz
¿De cuantos meses hablamos, cuando hablamos de separación? Parecieran años. Cuanto
cambiamos, y que maduros se nos ve. Me preguntas de mi familia, te digo que
muchas cosas cambiaron ‘como nosotros’ decís. Y me desarmas. Me preguntas si
estoy ocupada, ahora, que te gustaría verme. Y corro al ropero a ver que me
pongo. Voy a verlo, otra vez. Volver a empezar. No me molesta equivocarme de
nuevo ¿Sabes? Porque estaría equivocándome con vos. Un suplica: ‘Hagamos que
esta vez valga la pena’
No es si es algo real o no lo que escribiste. Pero es hermoso. Es lindo ver como con el tiempo las personas cambiamos y maduramos. Es lindo reencontrarse después de tanto tiempo e intentar que "esta vez valga la pena".
ResponderEliminarTe mando un beso
Hola!! te invito a pispear mi blog por si querés participar de él! Para mostrar una parte de vos y tu mundo. Es nuevo asique si pasas y difundis mejor! Avisame y te sigo besos!!
ResponderEliminar∞
ResponderEliminarhola
ResponderEliminarsiempre vale la pena
aunque sea poco
besos: jorobla motril
Quiero llorar con esto que acabo de leer. Es como si estuvieras describiendo una de mis historias, mi historia más actual, más personal.
ResponderEliminarLa verdad, pusiste en palabras lo que hace tiempo trataba de expresar, aplausos.
Que estes bien :)